La Palabra

Casi a diario la Palabra de Dios sugiere, susurra, propone, corrige.
Alimenta, nutre, sacia.
Desafía, desestructura, incomoda, urge, quema.
Pacifica, perdona, libera.

Como quien al oído de la persona que ama sabe decir la voz correcta sin importunar.
Como quien descubre un sonido reconocible en esa voz y le permite la entrada.
Este espacio es sólo eso: hacerle más espacio a la Palabra que nos libera de tantos ruidos.